Se usa para decir que alguien va contentillo de alcohol, con el puntito, medio mareado pero todavía funcional. No es ir ciego perdido, es ese estado tonto en el que te ríes por todo y te crees el rey del mambo. Suena suave, pero ojo, que al día siguiente la resaca no perdona.

"Pibe, con dos birras más te vas a quedar piripi perdido y vas a acabar bailando reguetón con la lámpara del techo otra vez."

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