En Ayacucho se usa para hablar de alguien bien chismoso, que disfruta meter cizaña y ver cómo arde el chisme. Es esa persona que suelta comentarios venenosos, exagera todo y encima se hace la inocente. Básicamente, le encanta ver el mundo arder con puro drama ajeno, y hay que admitir que a veces da risa verlo.
"Oye, ya pues, no seas picaraya, la vecina solo cambió de corte de pelo y tú ya andas diciendo que se ha conseguido nuevo sugar en la feria dominical."