En Uruguay se usa pelusa para hablar de monedas o cambio chico, esa guita que llevás tirada en los bolsillos o en el fondo de la mochila. No es plata en serio, es más bien lo que juntás para el bondi, el pan o una birra barata. Suena tierno, pero cuando falta, se sufre fuerte.

"Pa, estoy seco, ni pelusa tengo para el bondi, voy a tener que ir caminando hasta la facu como un campeón del ahorro"

En Antofagasta se le dice pelusa a esa persona que anda siempre pegada a otra, como perrito faldero o sombra fiel que no se despega ni a palos. No es necesariamente mala onda, a veces hasta da ternura, pero igual puede cansar un poco cuando no te deja ni ir al baño tranquilo.

"Oye, tu primo es terrible pelusa, loco, te sigue hasta pa' ir a comprar pan a la esquina y ni siquiera trae plata"

Forma tierna y chistosa de referirse al pololo, polola o crush, porque igual que la pelusa de la ropa se te pega y no se quiere ir ni con escobillón. Se usa cuando estás medio embobado con alguien y te encanta tenerlo encima todo el rato. Y hay que admitir que la comparación es bien buena.

"La otra vez fui al mall con mi pelusa y se me pegó tanto al brazo que hasta el guardia nos preguntó si veníamos en combo 2x1, casi me muero de la risa"

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