Se usa cuando alguien no puede despegarse de la cama y le cuesta horrores levantarse temprano. Es como si estuviera en plena batalla campal con la sábana y la almohada, y casi siempre gana la cama. Ideal para describir esa mezcla de flojera, sueño eterno y cero ganas de enfrentar el día, sobre todo los lunes.
"Loco, ayer puse cinco alarmas y nada, me quedé peleándome con la sábana y llegué al trabajo cuando ya estaban en el almuerzo."