Apodo que se le pone a alguien muy terco, de cabeza dura, pero con un corazón enorme. Igual que la madera del árbol ñandubay, que es durísima pero bien noble, la persona aguanta todos los vientos y no se quiebra fácil. Es de esos que te sacan canas verdes discutiendo, pero sabés que nunca te va a soltar la mano.
"Che, Roberto es un ñandubay, no lo movés de su idea ni con una topadora, pero cuando se pudre todo es el primero en caer con el termo y el mate a bancarte."
Se usa para describir a alguien muy terco o cabeza dura, haciendo referencia a la famosa dureza de la madera del árbol ñandubay.
"¡No insistas, che! Ese tipo es más ñandubay que las puertas del boliche cuando cierran."