Se usa para decir que algo está impecable, nuevecito, sin un rayón, como sacado de caja. También puede ir para alguien bien arreglado, todo acicalado, que no se le mueve ni un pelito y siempre anda luciendo fino. Es de esas expresiones que suenan cariñosas pero con su toque de sabrosura oriental, y la verdad es que pega bastante.
"Viste el carro del pana Luis, chamo, está mi-mimo, brilla tanto que si te miras ahí te peinas sin espejo y quedas listo pa’ irte pa’ la rumba en Lechería"