Dicho bien mirandino para hablar del chismoso que se mete donde no lo llaman, como si estuviera removiendo la olla ajena. Es curiosear, escuchar conversaciones que no son tuyas y opinar sin que te inviten. Vamos, la típica persona que no puede ver un drama quieto sin arrimar la cucharita. Y sí, da risa, pero ladilla.
"Epa, Juancho, deja de meter la cucharita, vale. Estamos hablando nosotros y tú pegado a la puerta como si te fueran a dar premio por el chisme."