En Puebla decir que alguien es más fresco que un jícamo es llamarlo descarado, confiado y hasta medio cínico, pero con cierta gracia. Es esa banda que se pasa de lanza con toda tranquilidad y ni se inmuta. La comparación sale del jícamo, que es crujiente, fresco y bien sabroso, como para decir que la persona se siente demasiado cómoda.

"La maestra lo cachó copiando y el vato todavía le pidió que no le bajara puntos porque era su cumpleaños, no manches, está más fresco que un jícamo ese morro"

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