En Extremadura llamar a alguien majarra es decirle que está chiflado, que le falta un tornillo o que está un poco pallá, pero en plan cariñoso. No es un insulto serio, es más bien vacile entre colegas o familia. A veces hasta se dice con orgullo, como quien presume de estar un poco loco de la cabeza.
"Ese Ángel está majarra perdío, ayer se subió a la encina a cantar por Camarón y casi se cae del susto cuando le ladró el perro del vecino."