Forma cariñosa y bien boliviana de llamar al celular, sobre todo a ese teléfono viejito, medio chancado, con la pantalla rayada, pero que sigue aguantando todas. Mezcla la palabra llajta, que es como decir pueblo o tierra, con móvil. Es de esas expresiones que te sacan una sonrisa porque suenan caseritas y con harta identidad.
"Oye, préstame tu llajtamóvil un ratito, que el mío ya no vibra, no suena y solo sirve de pisapapeles en la mesa de la pensión."