No, no hablamos de perros hambrientos. En Guerrero, la mordida es ese dinerito que se le da por debajo del agua a un poli, a un funcionario o a quien tenga poder para que se haga de la vista gorda o te agilice un trámite. Es corrupción pura y dura, pero la banda la usa tanto que hasta suena chistoso, aunque esté bien torcido.
"Íbamos bien tarde para el jale y el poli nos paró por pasarnos el alto, pero con una buena mordida se hizo güey y hasta nos dijo que le pisáramos más al carro."