Se usa para hablar del que se borra cuando hay que laburar, dar una mano o bancar la parada, pero mágicamente aparece cuando pintan la joda, la comida o algo copado. Es el típico que clava el visto, no contesta y después cae como si nada hubiera pasado. Y sí, da bronca pero también un poco de risa.
"Para cargar las cajas en la mudanza, Pedro se hizo el fantasma, ni los buenos días. Pero cuando trajeron las pizzas y la birra cayó al toque, re fresco, como si hubiera estado ayudando desde temprano."