Apodo bien caleño para el parcero que se tira de cabeza a la rumba, que no suelta la pista y parece que viviera de fiesta eterna. Se usa con cariño para el que siempre arma el desorden, prende la noche y nunca dice que no a un plan. Básicamente, el alma fiestera del combo, aunque al otro día ande vuelto nada.
"Parce, ese man es un guacoloco, anoche cayó a la salsoteca, se fue pa' la 66 y hoy sigue farreando como si mañana no tocara madrugar."