Verbo inventado a partir de guachinche, esos locales canarios medio clandestinos donde te ponen vino de la casa, comida casera potente y sales rodando pero feliz. Guachinchar es ir de guachinche en guachinche, a comer, beber y alargar la sobremesa hasta que ya no sabes si estás almorzando o cerrando la noche. Y oye, tiene su encanto peligroso.
"Mira, con la nómina tiritando lo que toca es guachinchar por La Orotava, pillar carne fiesta, papas arrugadas y vino peleón hasta que nos tengan que rodar cuesta abajo."