Expresión cariñosa para el colega que siempre está con su botella en la mano, tomando agua como si fuera camello en pleno desierto. No tiene nada que ver con el alcohol, más bien con esa manía de hidratarse todo el rato. Suena tierno, un poco burlón, pero en buen plan, y hay que admitir que tiene su gracia.
"Cada vez que salimos al campo, el Juan se vuelve nuestro gordito de agua, carga tres botellas en la mochila y no deja que nadie se quede con la boca seca, ni aunque estemos a la sombra nomás."