Se dice de alguien que es un glotón sin medida, siempre con hambre como si el mundo se fuera a acabar; especialmente para los que atacan las fabadas con ansia.
"No me puedo creer que Antón se haya comido tres platos seguidos de fabada, ¡qué fartón!"
Término asturiano para alguien que come con entusiasmo, sin vergüenza y en grandes cantidades. Básicamente, el rey del pote asturiano.
"No invites a Ramón a la espicha si no quieres quedarte sin chorizo, ¡es un fartón!"