Se usa para decir que alguien anda totalmente desorientado, sin idea de qué está pasando o a dónde va. La gracia es comparar a la persona con una ardilla despistada en el Bosque de Chapultepec, dando vueltas sin rumbo. Es una forma muy chilanga de burlarse con cariño de quien anda bien perdido, y la neta sí tiene su encanto.
"Le expliqué tres veces cómo llegar al Zócalo y el vato seguía más perdido que la ardilla de Chapultepec, ya hasta estaba preguntando por el metro en plena Alameda."