Frase utilizada para describir cuando alguien está metido hasta el cuello en problemas o anda metiendo la pata, como si se adentrara en un oscuro misterio digno de un crimen, pero en versión cómica y local.
"Desde que le prestó dinero al compadre, Juanito no sale del rancho porque está en el mero ay-nayarit con las deudas."