Se usa cuando una situación se pone complicada, enredada o muy difícil de resolver, de esas que te hacen sudar frío aunque vengas confiado. Puede ser un examen, un trámite o hasta una conversación incómoda. Es como decir que la cosa se puso fea y que no se arregla con buena onda solamente, hay que meterle cabeza y paciencia.
"Compadre, el profe se volvió loco, la prueba de matemáticas está tan peluda que ni copiando del mateo de la sala salvai el rojo"
Se usa para decir que algo está complicadísimo o más difícil que morderse una oreja.
"¡Uy, parcero! Ese examen de matemáticas está peludo."