En Caracas se usa para decir que alguien se va a echar una siesta larga y sabrosa, como desconectarse del mundo un rato cuando el calor y el cansancio pegan duro. No es solo dormir, es tirarse a la cama o al mueble sin remordimientos, dejar el teléfono botado y desaparecer un rato. Y la verdad, suena bastante tentador.
"Hermano, después de calarme ese tráfico en la autopista y comerme dos arepas reina pepiada, me voy a echar un verano que si me llaman ni suena el teléfono"