Expresión muy usada para decirle a alguien que se relaje, que no se amargue y deje de darle tanta mente a un problema. Es como invitar a cargar la preocupación al hombro y seguir caminando tranquilo, sin drama. Básicamente es un recordatorio de que la vida sigue y que no vale la pena ahogarse en un vaso de agua.
"Chamo, deja ese drama por la nota baja, échala al hombro, salimos a comernos unas empanadas y mañana ves qué haces con calma."