Se usa para decirle a alguien que se calme, que pare un poco o que no se pase de la raya. Es como poner límites cuando la cosa se está calentando demasiado, ya sea en una discusión, en una broma pesada o cuando alguien se viene demasiado arriba. Vamos, que es el momento de pisar el freno antes de liarla parda.
"Tía, echa el freno, que empezaste rajando del jefe y ya vas por insultar a su perro, respira un poco que te me estás viniendo arriba."