Se usa para decir que alguien habla sin parar, raja cosa fina o está contando movidas todo el rato, como si tuviera la lengua en modo teclado mecánico. Vale tanto para el típico colega que no calla ni debajo del agua como para cuando tú mismo reconoces que te has puesto a soltar chapa a lo loco, aunque a veces tenga su gracia.

"Fuimos a tomar unos cortados y el Javi no paró de darle al teclao con sus batallitas del curro, tú, que casi se nos enfría el pincho de tortilla de lo que rascó lengua."

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