Se usa para describir a alguien que habla rapidísimo, sin freno y con mil temas a la vez, casi siempre tirando chisme y comentario de todo el mundo. Es esa persona que abre la boca y parece radio encendida en velocidad x2. A veces agota, pero también tiene su gracia porque te pone al día en cinco minutos.
"Chamo, me monté en el carrito con la vecina y venía cotorro como relámpago, cuando llegamos a Porlamar ya me había contado hasta el chisme del perro del bodeguero."