Palabra comodín para referirse a objetos en general cuando no recuerdas el nombre o te da flojera decirlo. Sirve para hablar de tus cosas, tus cachivaches o cualquier chisme raro que tengas por ahí. Es muy de casa, muy de familia, y la verdad es que salva cuando el cerebro se queda en blanco.
"Chamo, recoge tus corotos del sofá, que parece un mercado de las pulgas y no se puede ni sentar uno tranquilo."