Se usa en Mendoza para hablar de conseguir la tarjetita o cuenta fiada en la bodega o el almacén, con la que podés llevarte vino a crédito y pagar después. Es como desbloquear el modo fiesta infinita aunque la billetera esté flaquita. Eso sí, si te cebás, después el lagunero te persigue a vos.
"Anoche estábamos secos mal y el asado recién empezaba, así que fuimos a lo de Don Luis a conseguir el lagunero y salimos con dos damajuanas como si fuéramos millonarios del Malbec."