En Yucatán se usa como una especie de advertencia medio burlona, como diciendo luego no digas que nadie te avisó. Es un comerás las consecuencias, pero resumido y con sabor yucateco. Suena a regaño cariñoso mezclado con ironía, y la neta es que queda perfecto cuando el otro está necio.
"Tómate esas seis chelas en ayunas si quieres, pero cuando andes doblado en el baño todo el día, ni vengas a llorar, comerás"