En el Estado de México se usa para decir que alguien termina una llamada de golpe, sin avisar ni despedirse, casi casi aventando el teléfono. La imagen viene del changarro, la tiendita o negocio pequeño que se cierra de repente cuando ya no quieres atender a nadie. Es medio pasivo agresivo, pero hay que admitir que a veces se siente delicioso hacerlo.
"Mi ex empezó con sus dramas de siempre y yo, bien tranquilo, nomás colgué el changarro y me puse a ver la novela con mi jefa."