En Santander se usa para hablar de un golpe bien berraco, una caída aparatosa o un totazo que te deja viendo estrellitas y cuestionando tus decisiones de vida. Puede ser por andar de sobrado, por descuidado o por pura mala suerte. Es de esas palabras que suenan duro y, la verdad, describen el drama a la perfección.
"Uy gonorrea, me metí tremendo carajazo bajando la loma en la cicla, quedé todo raspado y la gente muerta de la risa en la esquina."