Se usa para hablar de esa persona con la que te topas en todos lados, aunque no quedes ni lo andes buscando. Es como si el destino, el chisme o la pura mala suerte los trajera sincronizados. A veces da risa, a veces da miedo, pero siempre termina siendo tema de plática.

"No manches, fui al súper, al cafecito y a la peda del sábado y el sincroñero de Juan salió en las tres, ya hasta creo que me está siguiendo el vato."

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