Se usa para llamar cobarde a alguien que se raja a la mínima, que se echa atrás cuando toca dar la cara o que siempre pone excusas. En La Rioja, si te dicen que eres un pingas, no es precisamente un piropo, más bien te están diciendo que te falta un buen empujón de valor.
"Tío, no seas un pingas, vente al bar a decirle al jefe que no curramos más horas extra por la cara, que ya está bien de hacer el primo."