Se usa cuando dejás a alguien en evidencia, lo mandás al frente y lo hacés pasar vergüenza, como si le sacaras tarjeta roja en pleno partido. Es como decir basta, te corté el jueguito y ahora todos ven la cagada que te mandaste. Y hay que admitir que cuando se lo merece, da gustito usarla.
"El Juan se hacía el santo con la novia, pero le sacamos roja contando cómo se fue de joda al boliche y quedó pintado como un salame delante de todos."