Apodo cariñoso y medio burlón para el colega flaco, huesudo, que parece un zorro pelón de monte con patas. Se usa para vacilar al que no sube ni un kilo ni a tiros y da la impresión de que una brisita lo tumba. Es de esas vainas que suenan crueles, pero entre panas se suelta con cariño y mucha risa.
"Marico, este flacuache se comió tres arepas, dos empanadas y sigue igualito, parece que un vientico lo va a tumbar bajando en esa bicicleta toda chimba"