Se usa para decir que alguien está bien porfiado, que no entra en razón ni a palos y se queda clavado en su idea como chivo amarrado al poste. Es la típica persona que le demuestras todo con pruebas y aun así sigue en su mundo. Y hay que admitir que a veces da risa de lo testarudos que son.

"Ya fue, causa, no le ruegues más a la tía para que salga, está terco como chivo y dice que de su sillón no lo mueve ni un temblor grado ocho."

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