En Atacama se usa para hablar de esos perros callejeros flacos pero invencibles, que se las saben todas y sobreviven a sol, viento y carreteras sin perder la cola alegre. Son como leyendas con patas, medio vagos, medio sabios, y siempre aparecen donde hay comida o cariño. Y hay que admitir que tienen un encanto brutal.
"En la plaza de Copiapó hay un cachupín que se sube a la micro, se baja justo antes del chofer y nunca paga pasaje, el perro conoce mejor las rutas que el mismo chofer."