Cómo cuidar a tu Duende

¡Enhorabuena! Ya tienes un Magikito en casa. Ahora viene lo importante: asegurarte de que tu nuevo compi de trastadas se mantenga feliz, guapo y listo para seguir robándote los calcetines durante muchísimo tiempo.

Tranqui, cuidar a un Magikito es superfácil. No necesitan paseos, ni comida, ni que les cambies la arena del arenero. Pero sí hay algunas cosillas que debes saber para que se mantengan en plena forma.

La regla número uno: Trátalo con cariño

Aunque son más resistentes de lo que parecen (están hechos de porcelana fría que es bastante dura) los Magikitos aprecian que los trates con mimo. No son de cristal, pero tampoco son un balón de fútbol. Así que nada de lanzamientos, caídas desde grandes alturas ni combates de kung-fu con otros Magikitos.

Consejo pro: Si tienes peques en casa explícales que los Magikitos son amigos especiales que prefieren los abrazos suaves a las luchas libres.

Nada de agua (en serio, nada)

Los Magikitos no son amigos del agua. Ni duchas, ni baños, ni paseos bajo la lluvia. La porcelana fría y el agua no se llevan bien. Si tu Magikito se moja demasiado puede perder su magia (y parte de su forma).

Si se le posa un poco de polvo (que pasa, es normal) simplemente límpialo con un trapito seco o un pincelito suave. ¡Y listo!

Qué hacer si se moja accidentalmente: Si le cae alguna gotita no pasa nada. Sécalo enseguida con cuidado y ya está. Pero evita sumergirlo en agua o dejarlo bajo la lluvia.

Cuidado con el sol directo

A los Magikitos les encanta la luz natural pero demasiado sol directo puede decolorarlos con el tiempo. Es como nosotros en la playa sin crema solar: al final nos ponemos rojillos (o en su caso descoloridillos).

Sitio ideal: Una estantería cerca de una ventana, tu escritorio, la mesita de noche... Cualquier sitio donde pueda verte y hacerte compañía sin que le dé el sol directo todo el día.

Un lugar seguro y estable

Los Magikitos son aventureros pero prefieren quedarse quietecitos en su sitio. Busca un lugar estable donde no se vayan a caer con un golpe accidental. Evita:

  • El borde de una mesa donde alguien pueda tropezar
  • Sitios donde haya mucho movimiento (tipo encima del microondas o al lado de la puerta que se cierra de un portazo)
  • Lugares donde puedan confundirlos con un juguete para mascotas (los gatos son muy curiosos)

Sitios ideales: Estanterías, escritorios, vitrinas, mesitas de noche, repisas... Cualquier rincón donde puedan hacerte compañía sin riesgo de caídas.

El polvo: el único enemigo real

Con el tiempo, como todo en casa, pueden acumular un poquito de polvo. No pasa nada, es supernormal.

Cómo limpiarlo:

  • Usa un trapito seco y suave (tipo microfibra)
  • O un pincel suave si tiene rinconcitos donde se acumula el polvo
  • Hazlo con delicadeza sin frotar muy fuerte
  • Y ya está, ¡como nuevo!

¿Y las Hadas de vellón?

Si tienes una Hada hecha de vellón de oveja el cuidado es similar pero con alguna variación:

  • Nada de agua tampoco: El vellón se apelmaza y pierde su suavidad
  • Cepillado suave: Si se le aplasta un poquito la lana con el tiempo puedes darle forma suavemente con los dedos
  • Evita la humedad: Las Hadas prefieren ambientes secos

Qué hacer si pasa algo

La vida pasa. A veces las cosas se caen, se golpean o les pasa algún percance. Si tu Magikito sufre algún daño:

  1. No entres en pánico. La mayoría de cositas se pueden arreglar.
  2. Contáctame. Escríbeme un email contándome qué ha pasado y mándame una foto. Juntos miramos qué se puede hacer.
  3. No intentes pegarlo con pegamento random. Algunos pegamentos pueden dañar la porcelana fría. Si necesita reparación mejor déjamelo a mí.

En resumen: la guía rápida

✅ SÍ:

  • Trátalo con cariño
  • Ponlo en un lugar estable y seguro
  • Límpialo con un trapito seco de vez en cuando
  • Disfruta de su compañía y sus travesuras

❌ NO:

  • Mojarlo o sumergirlo en agua
  • Dejarlo al sol directo todo el día
  • Ponerlo en sitios donde pueda caerse fácilmente
  • Usarlo como pelota de tenis

Y sobre todo...

Recuerda que tu Magikito está ahí para hacerte compañía, arrancarte una sonrisa cuando mires tu escritorio y recordarte que la magia existe. Disfrútalo, cuídalo y deja que te traiga ese toque de alegría cotidiana.

Y si tienes cualquier duda o pregunta sobre cómo cuidar a tu pequeño compi escríbeme. Estoy aquí para ayudarte.

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