Hada de los Dulces Sueños

La guardiana de las noches tranquilas

Hay noches en las que das vueltas en la cama, mirando el techo como si fuera a revelarte algún secreto. La mente no para, las preocupaciones se amplifican y el sueño se escapa como si jugara al escondite. El Hada de los Dulces Sueños vive para esos momentos. Es su especialidad.

Esta hadita de vellón suave como una nube se posa en la mesilla de noche cuando más la necesitas. Desde ahí, empieza su trabajo silencioso: apagar los pensamientos ruidosos uno a uno, como quien cierra pestañas del navegador mental. Esa conversación incómoda que tuviste hace tres años y que vuelve a las 3 AM? Cerrada. La lista de tareas de mañana? Guardada para más tarde. El cringe de aquella vez en primaria? Archivado.

Pero no solo limpia la mente. También trae sueños bonitos. Esos en los que vuelas, o hablas con personas que echas de menos, o descubres lugares que no existen pero que al despertar desearías que fueran reales. Ella conoce el lenguaje de los sueños y sabe cómo tejer los buenos, esos que te hacen despertar con una sonrisa aunque no recuerdes exactamente por qué.

Las personas que tienen un Hada de los Dulces Sueños cerca notan la diferencia. Se duermen más rápido. Descansan mejor. Se levantan con esa sensación de haber dormido de verdad, no solo de haber estado inconsciente unas horas. Y las pesadillas? Se reducen drásticamente. Esta hadita tiene un pacto con las criaturas oscuras: aquí no se pasa.

Es perfecta para insomnes crónicos, para los que trabajan de noche y necesitan descansar de día, para niños con miedo a la oscuridad, para cualquiera que necesite recuperar el placer de dormir bien. Porque dormir no es un lujo, es una necesidad. Y ella se toma su trabajo muy en serio.

Tenerla cerca es como tener un seguro de descanso reparador. Y en un mundo que no para nunca, eso no tiene precio.