En cocinas donde el menú parece un disco rayado y el arroz ya ni se molesta en hervir con entusiasmo, aparece con un toque de sabor el Duende de la Cocina. Este pequeño Magikito de porcelana llega para revolucionarlo todo.
Es fanático de las combinaciones atrevidas: sopa de fresas con albahaca, tortillas rellenas de chispas de chocolate, o puré que cambia de sabor según el humor de quien se lo come. Su misión es clara: devolverle la chispa a la cocina, romper el aburrimiento y convertir cada comida en un juego de imaginación.
Se esconde entre tarros de especias, detrás de la cafetera o en rincones olvidados con cucharones que ya nadie usa. Desde ahà observa, huele, rÃe… y cuando hace falta, salta a la acción con su cucharita mágica. A veces infla un bizcocho con zumo de coco. Otras, hace que un plato suelte aromas que despiertan memorias escondidas.
No cocina para cumplir. Cocina para provocar: sonrisas, sorpresas, historias alrededor de la mesa. Y cuando alguien se anima a probar, a jugar con los sabores, a inventar un plato sin seguir las reglas, el Duende de la Cocina deja una pizca de brillo sobre el mantel como señal de gratitud.
Ideal para cocineros de corazón, para niños con hambre de magia, o para cualquiera que entienda que, a veces, el mejor ingrediente… es el atrevimiento.