En aquellos momentos en que la amistad parece desvanecerse o alguien siente la incertidumbre de no encajar, surge discretamente el Duende de la Amistad. Este pequeño Magikito de porcelana, vestido con prendas hechas de retazos coloridos que simbolizan la diversidad y el encuentro, tiene la especial tarea de conectar corazones.
Durante el dÃa, viaja silenciosamente en mochilas escolares, especialmente en las de aquellos niños que recién llegan a un nuevo lugar o que temen no encontrar su lugar. También acompaña en secreto a los adultos, escondiéndose en bolsillos y carteras cuando la soledad se hace presente. Con paciencia infinita, observa desde su discreción los primeros encuentros, las miradas tÃmidas y las palabras aún por decir.
Cada noche, con destreza y cariño, este Magikito teje hilos invisibles que unen suavemente los corazones de las personas que aún no se han mirado de verdad. Poco a poco, estos lazos fortalecen la empatÃa y la comprensión, creando oportunidades para encuentros y nuevas amistades.
Cuando al fin una risa compartida rompe el hielo, cuando dos miradas se reconocen y comienzan a formar una amistad, el Duende de la Amistad sonrÃe con satisfacción, sabiendo que su labor ha dado frutos. Su magia silenciosa es un recordatorio constante de que nadie está verdaderamente solo y que la amistad puede brotar incluso en los lugares más inesperados.